Oscuridad, oscuridad es lo único que miraba, no sentía nada, solo estaba inmersa en esa oscuridad que me empezó a agobiar.
“¿Qué me pasa? ¿Dónde estoy?”
Decía una y otra vez, mas solo escuchaba el eco de mi vos y nadie me respondía, tiempo despues empecé a sentir mucho dolor, sentía mis brazos, sentía mis piernas, ¡volvía a sentir!... poco a poco empecé a abrir lentamente, pero me fui dando cuenta que no estaba en aquel callejón, estaba en una recamara, trate de sentarme sobre la cama y con mucho esfuerzo lo logre, me mire y traía la ropa rasgada y en los brazos y piernas tenia rasguños y moretones.
Alexandra: ¿Qué me paso?
Dije con miedo, no me acordaba de nada, solo cuando me dejaban inconsciente y hasta ahí, me cubrí con las cobijas de la cama y trataba de acordarme mas no podía, junte mis rodillas y las abrace mientras hundía mi rostro, mis lagrimas comenzaron a caer mientras mi mente pensaba en que podía haber pasado, pero me salí de mis pensamientos cuando tocaron la puerta.
******: ¿Puedo pasar? (Dijeron atrás de esta)
Alexandra: ¿Eh? Claro.
Me invadió un miedo pero al ver quien pasaba me relaje un poco, era una señora de cómo unos 40 años, se veía muy amable y dulce, con ella traía una bandeja con comida.
******: ¿Cómo te encuentras niña? (Dijo dulcemente mientras ponía la bandeja sobre mis piernas)
Alexandra: Creo que bien (Ella me miraba tiernamente y se sentó a mi lado) Perdón pero ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted?
******: Soy Regina Jones y estas en mi casa.
Alexandra: ¿En su casa?
Regina: Si, ayer mi esposo iba en su taxi y se percato que estabas en problemas e inconsciente, bajo y te ayudo…
Alexandra: Pero… a mi… me…
Regina: ¡No!, mi esposo alcanzo a llegar antes de que te sucediera algo más grave, solo estas un poco lastimada.
Se me quito un peso gigantesco de encima, solo la abrace muy fuerte y ella a mí.
Alexandra: Gracias… gracias (Dije con unas pequeñas lagrimas)
Regina: A mí no me tienes que agradecer, si no a mi esposo… él fue el que te salvo (Me tomo del rostro y me limpio las lagrimas) Ahora estas a salvo nadie te hará nada (Le sonreí) Ahora come que te hará bien.
Alexandra: Muchas gracias doña Regina.
Me sonrió y yo empecé a comer, mientras ella me hacia platica, la verdad le tenía mucha confianza y ella lo notaba.
Regina: Y ¿Cuál es tu nombre niña?
Alexandra: Alexandra Reyes…
Regina: Lindo nombre…
******: ¡Regina! (Se escucho la vos de un hombre) ¿Dónde estás? (Dijo buscándola)
Regina: ¡Aquí… en el cuarto de la niña!
******: ¿Ya despertó? (Dijo entrando)
Regina: Si… Mira el es mi esposo Miguel (Me dijo)
Alexandra: (Le di la mano) Alexandra Reyes… Muchas por salvarme.
Miguel: No me tienes que agradecer…
Alexandra: Claro que si… otro en su lugar me hubiera dejado (Le sonreí) Le debo mucho y no sé como pagárselo.
Miguel: No me lo tienes que pagar, solo espero que te cuides mucho (Me sonrió) Mira encontré hoy tu bolsa, volví al lugar y ahí me la encontré.
Alexandra: (La tome) Muchas gracias… por lo menos ya tengo ropa que ponerme…
Ellos salieron de la habitación, me metí a bañarme al baño de esa habitación, me puse la ropa que me había traído y me vi al espejo, traía unos pequeños rasguños en la mejilla y el pómulo tenia aun moretón, ni hablar de mis brazos.
Salí de la habitación y me encontré con ellos en el comedor, al parecer platicaban de algo y al verme a los dos se les dibujo una sonrisa en el rostro.
Miguel: Siéntate Alexandra (Dijo mostrándome una silla) Quiero que me digas ¿Qué estabas haciendo tan noche ayer en la calle y sola? (Dijo preocupado tomándome de las manos)
Alexandra: (Baje la mirada) Solo escapaba…
Regina: ¿Escapar?
Alexandra: Si… escapaba de mi ex futuro esposo y de mis ex mejores amigas.
Miguel: ¿Por qué? (Dijo sin entender)
Alexandra: (Lagrimas empezaron a caer) Por traiciones…
Recordar cada una de las escenas, el beso de Michael y Graciela, cuando me fui de Neverland y la mirada de arrepentimiento de Michael, cuando me fui de la casa de Sabrina y las vi por última vez dejándolas con la esperanza que iba a volver, eso me ocasionaba mucho dolor, mucho sufrimiento.
Decidí contarles a esas dos personas todo lo que había pasado, les había agarrado demasiada confianza y más porque Miguel me había salvado la vida y con eso se habían ganado mi aprecio y mi confianza incondicional.
Alexandra: Por eso escapaba de todo… simplemente quería desaparecer (Dije limpiando mis lagrimas)
Regina: ¿Sabes? Puedes quedarte todo lo que quieras aquí…
Alexandra: (La mire) No, ¿Cómo creen?
Miguel: Por favor… esta casa está muy sola…
Me miraban en forma de suplica y agarrándome las manos.
Alexandra: Pero voy a ser una carga…
Regina: Para nada… por favor no nos vamos a quedar a gusto.
Alexandra: (Suspire) Me quedare mientras consigo un trabajo y donde vivir ¿De acuerdo?
Miguel: De acuerdo…