Capitulo 35……… 5 Días.

+28 de Febrero de 1990+

Alexandra: (En los brazos de Michael) Ya solo faltan 5 días.

Michael: (Dándome un beso) Si… solo 5 días para que seas mi adorada esposa.

Sonreí y le volví a dar un beso, estábamos tan entretenidos en el beso que no nos dimos cuenta que Mercedes y Sabrina ya habían llegado por mi y nos estaban viendo.

Alexandra: (Me separe un poco de él) Que rico besas (Le dije en susurro)

Michael: (Sonrió y se sonrojo) Y tú no te quedas atrás (Me iba a volver a besar)

Mercedes: Chicos… (Volteamos a verlas) Alex ya es hora.

Sabrina: Si… ya deja de comerte a Michael o no te quedara nada de él para la noche de bodas.

Alexandra: (Me sonroje y voltee a ver a Michael) Bueno nos vamos adiós (Dije dándole un beso en los labios)

Michael: Adiós… ¿A que hora regresaras?

Alexandra: No se, solo iremos por mi vestido… no creo tardar mucho.

Michael: Ok cuídense.

Nos fuimos en la camioneta de Mercedes, mientras íbamos platicando sobre muchas cosas, una de esas cosas era mi Luna de miel.

Alexandra: ¡Chicas! ¡Ya! Me están haciendo que me sonroje.

Sabrina: Pero… no estamos diciendo nada malo…

Mercedes: Si… ¿Oh que? ¿Me dirás que no piensas en ese día?

Alexandra: Bueno… yo… si pienso…

Sabrina: ¿Y ya tienes lo que usaras ese día?

Alexandra: Mmmh… no, lo iré a comprar hoy (Reí)

Mercedes: Esa es mi Alex.

Primero que nada hicimos lo más importante fuimos a tiendas de lencería, las chicas solo me hacían reír sobre sus comentarios y sus “consejos” que me daban para ese día, la verdad yo estaba más que emocionada todo marchaba a la perfección… bueno casi a la perfección, seguía igual en todo este tiempo mi padre no me había querido ver y yo desde hace 1 mes deje de buscarlo, me dolía e incluso Michael me dijo que podría retrasar la boda, pero yo me negué, lo único que hice fue mandarle una de las invitaciones.

Dejando lo malo de lado, las chicas que nos atendían nos llevaban infinidad de modelitos especiales para ese día, la verdad eso me ponía un poco nerviosa, mas sabiendo que ahora no habría nada que nos detuviera a demostrarnos nuestro amor, así que tenía que ser perfecto, después de unas cuantas horitas ahí encontré el conjunto perfecto y bueno las bromas no se hicieron esperar, yo reía y me sonrojaba, pero lo tomaba muy bien.

Después de terminar con eso, fuimos por mi vestido, me dijeron que hoy lo tendrían listo, solo le hicieron algunas modificaciones, me lo probé por última vez y me mire al espejo de pies a cabeza, era realmente hermoso aquel vestido, me quedaba como guante.

Alexandra: Muy lindo vestido.

Mica: Si señorita… le queda muy bien.

Alexandra: Gracias (Me metí al probador) ¡Sabrina, el cheque esta en mi bolsa! ¿Se lo puedes entregar? (Dije levantando un poco la vos)

Sabrina: Claro (Lo tomo) Tenga.

Salí del probador con el vestido en mis manos, se lo di a las ayudantes de Mica y ellas lo envolvieron en una bolsa especial para vestidos, Mercedes y Sabrina me ayudaron a subirlo a la camioneta.

Alexandra: Muchas gracias.

Mica: No al contrario, gracias a usted… futura señora Jackson.

Alexandra: (La mire) Pero ¿Cómo?

Mica: Nos dimos cuenta desde el primer día que era usted, pero para no hacerla sentir incomoda decidimos callarnos.

Solo sonreí y me despedí de ellas, subí a la camioneta y antes de irnos a Neverland las chicas y yo decidimos llegar por un café.

Mercedes: ¿Qué? ¿Lista para lo que viene?

Alexandra: (Suspire) Me emociona tanto… solo sé que me volveré la mujer más feliz de este mundo.

Sabrina: Wau, pero la felicidad se te nota desde ahora (Dijo sonriéndome)

Alexandra: Es que… por fin creo que amo a una persona (Sonreí) Si lo amo con todo mi ser.

Mercedes: Nunca te había oído decir que lo amabas…

Alexandra: Si… siempre decía “Te quiero” pero ahora… el día de nuestra boda le diré “Te amo” será la primera vez que se lo diga.

Sonreí, pues era la primera vez que le expresaría a alguien que sentía algo más que cariño, sentía amor, lo amaba, terminamos de beber nuestros cafés y después de una platicada decidimos irnos de vuelta a Neverland, en el camino íbamos cantando con forme a la radio, pasaba una canción, nos gustara o no la cantábamos, de verdad que parecíamos locas.

Había mucho tráfico, no sabía porque ya que no eran vacaciones, así que nos tardamos mucho en llegar, tardamos, nomas en ese trecho, como 1 o 2 horas, pero con lo emocionaba que estaba los minutos, las horas, los días pasaban volando.

Llegamos a Neverland y las invite a pasar ya que ya había oscurecido y la carretera se ponía muy sola a esas horas, ellas muy apenas aceptaron, bajamos de la camioneta y le dimos el vestido a unas de las que trabajaban en Neverland, pregunte por Michael y ellas me dijeron que estaba en el jardín con una vista.

Alexandra: Vamos, debe ser un familia de él.

Caminamos y salimos hacia el jardín, mientras caminábamos reíamos de algunas anécdotas que recordábamos o decíamos chistes, pasaron varios minutos y por más que buscábamos y buscábamos no encontrábamos a Michael, así que decidimos ir hacia el lago, seguíamos con la sonrisa pero de un momento a otro mi sonrisa se borro.

¿Era cierto lo que veía? ¿Mis ojos no me mentían?

Al parecer no, mis ojos miraban una de las peores escenas, Michael tomaba a una chica de cabello rubio de la cintura y al besaba con una intensidad que ni a mí me besaba, me quede estática y con mucho dolor al ver aquella escena, las chicas me tomaron de las manos y me quede en silencio.

Las ganas de correr y romperle la cara a Michael no me faltaban, y las ganas de llorar tampoco, el beso fue cesando poco a poco y pude ver aquella rubia y en cuanto la vi esas ganas de llorar desaparecieron en vez de esa sensación apareció el odio, apareció la decepción, esa chica era Graciela, Michael la besaba a ella como si no hubiera un mañana, cuando se separaron se miraron y luego ella corrió la vista hacia mí y en ese momento Michael también.

Michael: Alexandra yo…

Alexandra: (Lo interrumpí) No tienes que darme ninguna explicación (Hablaba tan tranquila que hasta yo me sorprendía) Ya todo quedo bastante claro (Suspire y quite el anillo de mi dedo) Graciela… ten (Le avente el anillo y ella lo cacho) No vales la pena (Dije mirando a Michael y dándome la vuelta para comenzar a caminar)

Michael: Alexandra… perdóname… ¡Te amo!

Alexandra: (Me detuve al escucharlo decir esas dos palabra, me di la vuelta y con una mirada fría al igual que mis palabra) Y yo… y yo te amaba.

Solo me miraba a los ojos pidiéndome perdón, se veía muy arrepentido, pero a mí me había provocado un dolor tan grande, que cualquier pisca de amor, de cariño había desaparecido, solo mire a las chicas y les hice la señal de que nos fuéramos, di la vuelta y comencé a caminar hacia adentro de Neverland, pase al lado de Samanta y trato de detenerme, pero no lo logro yo iba demasiado rápido y lo primero que quería hacer era alejarme de ese lugar, me subí a la camioneta de Mercedes y espere a que ellas llegaran, se subieron y a lo lejos vi correr a Michael, sus ojos había tristeza, pero al voltear un poco a la izquierda venia Graciela con una sonrisa de oreja a oreja, me limite a fulminarlo con la mirada y solo le dije a Mercedes “arranca”.

En el camino todas íbamos cayadas, nadie quería hablar, pues no era el momento preciso para entablar una conversación, Mercedes manejaba, Sabrina me miraba y yo miraba hacia la ventana, no tenía nada de ganas de llorar, como dije, no valía la pena, no iba a llorar por él, no se lo merecía.

Alexandra: (Sin despegar los ojos de la ventana) Sabrina ¿Puedo quedarme contigo?

Sabrina: (Me tomo del hombro) Si, no te preocupes.

Alexandra: (Tome su mano y sonreí) Gracias.

Seguía mirando por esa ventana, ¿Cómo había sido posible que Michael me hiciera esto? ¿Por qué me había engañado? ¿Qué era lo que Graciela tenía que yo no, como para que mis novios siempre se fueran con ella?

Si, esa era la pregunta que mas me intrigaba, ¿Por qué? ¿Qué era lo que ella tenía? ¿Qué era lo que a mí me faltaba?

Llegamos a la casa de Sabrina y todas bajamos para entrar, Mercedes estaba totalmente enojada con su hermana, pero sentía una vergüenza que ni siquiera me volteaba a ver.

Sorprendía a las chicas y me sorprendía a mi misma que en todo este rato, en todo el camino había soltado lagrimas, creo que verdaderamente había visto, yo misma creía Michael no merecía mis lagrimas, le pedí a Sabrina que me enseñara mi habitación y ella lo hice, me prestó ropa y me metí a bañar, para después salir y ponerme la ropa.

Sabrina: ¿Cómo se te ocurre hacerle eso? (Se quedo cayada) Es que no hay razón…

Me sorprendí, pero cuando me acerque a la puerta escuche un pequeño murmuro, era la vos de Michael, estaba en altavoz en una llamada con Mercedes y Sabrina.

Mercedes: Es que… Michael ¿sabes lo que le hiciste a Alexandra? (Lo que Michael decía no lo alcanzaba a oír, solo era como un pequeño suspiro)

Sabrina: No Michael, lo que le hiciste no tiene nombre…… ¿Cómo quieres venir?…… Vas a crear un problema ¿sabias?……

Mercedes: Es que, lo que quieres o te podemos ayudar…… bueno, creo que podemos hacer que vengas pero como que nosotras no sabemos nada……

Sabrina: Si, solo con eso podemos ayudarte……

Me aleje de la puerta, no mis amigas no podrían hacerme esto, no quería ver para nada a Michael y que lo iban dejar venir aquí, ¡NO! No quería.

Sabrina: Tienes 1 ahora para venir, trataremos de tranquilizarla un poco……

No sé qué paso, pero en ese momento mi enojo creció, mis amigas me habían traicionado, lo único que hice fue acercarme al pequeño escritorio y escribirles una nota, la doble y le puse “Sabrina, Mercedes y Michael” para que al entrar les llamara la atención, salí de mi habitación y escuche que estaban en la sala, camine a la habitación de Sabrina y tome un poco de ropa y la metí en la bolsa que tenia, baje y ahí estaban sentadas platicando.

Sabrina: (Se paro) Alexandra, ¿A dónde vas?

Alexandra: (Fingí una sonrisa) Necesito despejarme, saldré a caminar…

Mercede: ¿Quieres que te acompañemos?

Alexandra: No… volveré en una hora…

Me di media vuelta y salí por la puerta principal, fue ahí cuando mi sonrisa se borro, iba a ser la última vez que las vería, pero no me dolía, me habían traicionado al momento de ayudarlo a él, me di media vuelta y mire la casa de Sabrina, la mire detenidamente y me di media vuelta y empezar a caminar, no tenía un rumbo fijo, no sabía para donde iba, solo me alejaba de aquel lugar.

Había pasado mucho tiempo, llevaba horas caminando y escuchando el molesto sonido de mi celular sonar y sonar, de milagro no me habían atropellado, ya que pasaba las calles como muerto, no miraba a los lados.

{Casa de Sabrina}

Mientras Mercedes y yo platicábamos en la sala, Alexandra estaba el su habitación, seguramente, tratando de relajarse.

Mercedes: ¿Crees que sea bueno ayudar a Michael?

Sabrina: No lo sé (Suspire) Solo sé que Alex nunca ha amado a alguien tanto como lo ama a él y por ese amor hay que ayudarlos.

En eso iba bajando con su bolsa en la mano y una cara que ni ella podía con ella, nos miro y nos sonrió.

Sabrina: (Me pare) Alexandra, ¿A dónde vas?

Alexandra: (Sonrió) Necesito despejarme, saldré a caminar…

Mercede: ¿Quieres que te acompañemos?

Alexandra: No… volveré en una hora…

Dijo eso y se dirigió a la puerta, se despidió y salió del lugar, Mercedes y yo nos quedamos viendo y nos sorprendíamos mucho al ver que no había llorado, que no se había desahogado, nos sentamos y esperamos a que llegara Michael, el cual llego más temprano de lo que había dicho.

Sabrina: Todavía no se cómo pudiste hacerle eso a nuestra amiga… (Lo mire y el agacho su cabeza) Y todavía no sé cómo te estamos ayudando.

Nos miro y se veía de verdad muy triste y totalmente arrepentido, se sentó y esperamos a que llegara Alexandra, pero nomas no llegaba.

Mercedes: Ya empezó a tardar ¿Le habrá pasado algo?

Michael: Si le paso algo me muero…

Sabrina: No, no creo… solo necesita despejarse…

Me quede un momento pensando, pero hubo algo que me saco de onda, la bolsa que traía Alexandra, no era la misma que traía, era más grande y se veía completamente llena.

Sabrina: ¡Oh no puede ser!

Me levante como rayo del sillón y subí igual las escaleras, Mercedes y Michael me miraron raro y luego me siguieron, abrí la puerta de la habitación donde se estaba quedando y al abrirla entre, todo estaba igual, no se había ni recostado sobre la cama, mire el escritorio que había ahí y sobre de él había un papel doblado que tenía el nombre de los tres.

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Y con esto me doy cuenta que me encanta hacer sufrirá mis protagonistas, a todos, no se si lo han visto, pero bueno este es el final de temporada de esta historia que espero les haya gustado y pronto sabrán que pasara con Michael y Alexandra, muchas gracias por leerme y espero que se pasen a mis otras novelas, beso que Dios las llene de bendiciones.