Capitulo 26……… Aquí Conmigo.

+25 de septiembre de 1988+

Habían pasado varios días desde la fiesta del cumpleaños de Michael, yo había vuelto con mis padres, ya que me dijeron “¿Para que quieres seguir con Michael? Ya todos saben que caminas y bailas, no necesitas quedarte” no estaba muy convencida, pero que podía hacer, no tenia otro pretexto para poderme quedar con Michael, pero lo bueno era que casi siempre venia a visitarme y cuando no podía me hablaba por el teléfono.

Estaba frente al espejo, me miraba como había quedado ya que Michael me había invitado a salir, llevaba puesto unos jeans y una blusa color negra con algunos estampados rosas, me dijo que sería una pequeña sorpresa, yo me emocione, no pasaban de las 2 de la tarde y el vendría por mí a las 3, así que tenía tiempo de sobra, baje a la sala donde se encontraba mi madre.

Alexandra: Mamá ¿Y papá?

Hilda: Salió, ya sabes cosas de negocios.

Alexandra: Si, ¿Por qué no quiso que me quedara con Michael?

Hilda: (Suspira) A tu papá le da mala espina Michael, no lo ve como muy buena persona.

Alexandra: Pero ¿¡Por qué!?

Hilda: Cálmate, no lo sé, mira acuérdate que los padres así son con sus hijas, y para tu mala suerte eres la única hija, tu padre esta celoso, solo es eso, pero ya verás Michael es muy lindo, lo aceptara.

Alexandra: Espero que sí, yo lo quiero mucho, es muy bueno conmigo, siempre me ha ayudado.

Hilda: Si lo sé, él fue el que no permitió que te fueras.

Alexandra: ¿Cómo?

Hilda: Ya te lo han contado los niños del hospital, el llego 6 meses antes de que despertaras, nosotros todos los días te veíamos y te retorcías en la cama, tu tío decía que era muy raro, porque te movías, y eso una persona en coma no puede hacer, pero él llego el día que te desconectaríamos, me pregunto porque lloraba y entramos a tu habitación pero volviste a sentir dolor, se acerco rápidamente a ti y te tomo en sus brazos y como si hubiera sido el antídoto, dejaste de sentir dolor, fue muy extraño, pero la presencia de Michael te ayudo de mucho, siempre venia, solo una semana tuvo que viajar a Nueva York, pero cuando volvió ya estabas despierta.

Alexandra: El siempre tan lindo, por eso lo quiero.

Hilda: Si y él a ti, se le nota, la forma en que te mira y te habla.

Estuvimos platicando un poco, le preguntaba cosas como, que había pasado mientras estaba en coma y así, me conto muchas, incluso que Graciela me visitaba y lloraba por mí, cosa que se me hiso muy raro, y a lo mejor solo lo hacía para convencer a mis padres de que era buena persona.

Al poco tiempo llego Michael, fui a abrirle y cuando entro me colgué de su cuello el me abrazo y después de despedirnos de mi madre nos subimos a una camioneta negra, en donde el venia, no había nadie ahí, eso significaba que no se había venido con sus guardaespaldas.

Alexandra: ¿Y eso que sales sin guardaespaldas?

Michael: Bueno hoy quiero estar solo contigo y por un día que sin ellos no me moriré.

Alexandra: Claro, solo te arrancaran el cabello.

Michael: No se te va a olvidar ¿Verdad? (Dijo riendo)

Alexandra: Es que se vio bien gracioso, ósea apenas se distrajeron y esa chica corriendo te arranco ese pedazo de cabello (Dije riendo)

Michael: (Riendo) Si ríete, como no fue tu cabello ni tu cabeza.

Alexandra: No espérate, lo más gracioso fue que te lo puso por enfrente de la cara y después se fue gritando y corriendo (Riendo mas al recordarlo)

Seguimos riendo un rato mas, el camino era largo y muy tardado, pero en compañía de Michael me relajaba tanto, el camino a quien sabe dónde, era muy cómodo ya que lo tenía al lado me mi.

Alexandra: ¿A dónde vamos?

Michael: Una pequeñita sorpresa, no seas curiosa.

Alexandra: Yo no soy curiosa, ¿Falta mucho?

Michael: No mucho.

Me recargue en su hombro miraba hacia dónde íbamos, ya íbamos afuera de Los Ángeles y de verdad no sabía dónde íbamos, íbamos por una carretera habían varios árboles a los lados y estaba muy linda la vista. En un momento del camino paro al lado de la carretera.

Alexandra: ¿Qué pasa?

Michael: Nada solo quiero que te pongas esto (Dijo y me dio una pequeña venda) póntela en los ojos.

Alexandra: ¿Para?

Michael: Para que no veas la sorpresa.

Se acerco a mí y me tapo los ojos, me dio un suave beso en los labios y sentí como volvió a emprender camino, se metió por una parte que no era carretera ya que brincábamos mucho, después de ahí seguíamos como en terracería pero ya sin tantas piedras que nos hacían brincar. El camino ya era más relajado y tras 20 minutos de camino llegamos.

Michael: Listo llegamos, todavía no te quites la venda ¿Si?

Alexandra: Claro.

Se bajo de la camioneta y sentí como abrió mi puerta, me tomo en sus brazos y me cargo varios pasos, escuchaba agua y el cantar de las aves.

Michael: Bueno ahora si quiétatela.

Lleve mis manos a mi cara y quite la venda, me deslumbro la luz del sol y después de que mi vista se aclaro pude ver que estábamos en una hermosa playa, Michael me bajo de sus brazos y me dejo en la suave arena y admire lo hermoso que se veía el mar.

Alexandra: Mi amor, esto es hermoso.

Michael: (Abrazándome por atrás) Que bueno que te guste, porque aquí nos quedaremos unos días.

Alexandra: ¿Enserio? (Dije volteándome)

Michael: Si nos quedaremos 3 días ¿Qué te parece?

Alexandra: Perfecto, en este paraíso podría quedarme contigo hasta el final de mis días.

Michael: Yo también mi amor.

Me tomo por la cintura y subí mis brazos hasta su cuello, nos miramos a los ojos para después darnos un beso.

Alexandra: (Alejándome un poco de él) Pero yo no traje ropa.

Michael: Tu mamá me alisto una maleta tuya, ahí la tengo en la camioneta.

Alexandra: Hay me hermosa madre, pero ¿Dónde nos quedaremos?

Michael: Ahí (Dijo mostrándome una pequeña cabaña enfrente del mar)

Alexandra: Esto es hermoso, enserio.

Fuimos a la camioneta y bajamos las dos maletas, una de él y otra mía, Michael cargo las dos hasta la pequeña cabaña, entramos y todo ahí era rustico, pero muy hermoso.

Alexandra: Al parecer todo aquí es perfecto.

Michael: Lo es porque estás aquí conmigo (Me abrazo)